Niña de la selva amazónica |
Tu sonrisa me hace libre y
cómplice en el camino que seguimos.
Caminar quisiera de tu mano
alrededor de arboledas y selvas,
donde el azul de la Poesía
inspire tanto versos como amor desearía.
Es hora de juntar nuestras manos
para arropar sin fronteras
las canciones traídas por la
lluvia de muchas estrellas,
los mejores juguetes para ti,
porque con tu mirada de niña
conviertes como por arte de
magia, el poderío de una tormenta
en la eternidad de un dulce sueño
de reinas y princesas.
Tu sonrisa me hace libre y
espectador en la alegría de alga.
En esta comunión yo te bautizo en
el nombre de la Poesía
y te columpias así en las estrofas
a la altura de tanta belleza,
y te nombro embajadora lírica de
la metáfora y la rima,
y te doy mis sentires con todas
las cuerdas que tiene este Arpa.
Me quedo con un trozo de tu
felicidad que alimente a la mía,
con la mitad de tu sonrisa para
que puedan vivir las hadas,
con toda la soledad desterrada de
tu tierra y de tu vida,
y también quisiera, para quitarme
la sed, beber un poco de tu agua.
Tu sonrisa me hace libre en la
certeza de que ahora soy un hombre.
Y tengo la fuerza de un ejército
de sagitarios para cantar contigo
La Canción del Pirata que un día el poeta Espronceda cantara.
Estoy a tu lado y siempre estaré
ante la vista de tus ojos negros,
en la frondosidad del fondo de tu
rostro donde está la catarata,
cerca de una luna entera azul por
la infinita y madre Naturaleza.
Estoy aquí contigo para decirte
que te quiero con toda mi alma,
aquí vivo junto a tu destino que
es el mío propio y el de todo el planeta,
para decirte que a pesar de estar
tan lejos, no existirá distancia
porque tú y yo estamos ya
enraizados y cada vez más cerca.
Tu sonrisa me hace libre y rendido
quedo ante tu fortaleza.
© Cosme López García
Badajoz, diciembre de 2011
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