Nocturno y lluvia

Nocturno y lluvia. (Paisaje urbano. Óleo sobre lienzo. Cosme López García).

RESEÑA A PALABRAS PARA UN TIEMPO BREVE*

Poemario de Cosme López García,
Cuadernillos del Gran Café Victoria, 2004

A la par que leía Palabras para un tiempo breve llegaba a mis manos un artículo del mismo autor, que bien podría servir de prólogo al poemario que nos ocupa. El ensayo se titula “Ideas” (Aquí, semanario regional extremeño-alentejano, Badajoz 3 de julio 2003), y en él, Cosme López medita en voz alta sobre estas hijas del ingenio.
Y eso es precisamente lo que el poeta hace en Palabras para un tiempo breve, donde las ideas vienen y van, tienen vida propia, son entes inspiradores. Puesto a escribir, Cosme López las exprime al máximo, con sabiduría y oficio. Las selecciona –como anticipa en la revista–, y esta selección tiene unas miras claras: reflexionar sobre el espectáculo que se le ofrece en este momento: un juego en el que contienden la vida, por un lado, y el lenguaje, por otro, bajo la atenta mirada de un árbitro implacable: el tiempo (que, como veremos, intervendrá en la partida).
Y en este planteamiento pueden condensarse los contenidos poéticos de la obra, tal como orienta el mismo título: la escritura poética aparece concebida como un juego, como un desafío a la inspiración, a las musas, en el que las fichas son las palabras.

Páginas 20 y 21 de la
Revista Sendas Nº 5
Por ello, los juegos de palabras, las resonancias fonéticas, los paralelismos, las antítesis, las paradojas… –donde se pone en evidencia la habilidad rítmica–, se dan cita para construir el edificio del poema. Cosme López enlaza así, en su actitud, con la poesía vanguardista. Sus versos son “Palabras jugando al escondite” (según reza uno de los títulos). Y así un verso como “Pienso, luego muero”, bien podría considerarse una greguería de don Ramón Gómez de la Serna; mientras que poemas como “Crucigrama” bien podrían haber estado firmados por Vicente Huidobro…
Instalado definitivamente en este camino, Cosme López se divierte componiendo versos como “río que me río del río”. O inventando palabras: “plantaciones de poemas más o menos tristes, / estos poemales”, “Poema al horno con guarnición o receta culinaria empoemada”. O incluso lanzándose a redefinir de modo original, el concepto de poema, que tantas veces se ha definido: “hoy lugar donde habito”.
Pero el libro no se queda ahí, en un mero juego de malabarismos. Como queda dicho, todo sucede bajo la atenta mirada del tiempo, que transforma lo intrascendente en trascendente, el placer en pesadumbre. El tiempo de vida es breve, y esta toma de conciencia empañará la mirada.
Tragedia que alcanza también a la escritura, al “espacio tan corto de un poema”, dando a estas Palabras para un tiempo breve un valor que sobrepasa la curiosidad del momento, para sobrevivir seguramente en el porvenir desconocido…


Francisco López-Arza Moreno,
profesor de Lengua y Literatura





*Crítica literaria escrita por Francisco López-Arza Moreno, profesor de Lengua y Literatura en el Instituto de Enseñanza Media “Reino Aftasí” de Badajoz y en cuya revista fue publicada: “Sendas Nº 5”, junio de 2010, páginas 20 y 21.

No hay comentarios:

Publicar un comentario