El pintor Antonio Vaquero Poblador, en su domicilio de Badajoz |
AHORA que se cumple un mes de tu partida, tus amigos y alumnos de la Escuela de Artes y Oficios “Adelardo Covarsí” queremos ofrecerte un homenaje humilde y sencillo, tal y como tú siempre fuiste, más allá de los pinceles y los lienzos. Te acercaste a nosotros no solamente para enseñarnos a pintar al óleo, sino que por añadidura, ofrecías los mejores consejos, regalabas tu sapiencia mientras nos contabas, sin darte cuenta, tu propia biografía de hombre bohemio, incluso dabas a nuestros cuadros algunas pinceladas con tu mano de auténtico maestro, porque verdaderamente lo que nosotros habíamos creado, cambiaba para mejor; ¡cuántos paisajes extremeños, figuras y paisajes urbanos hemos pintado gracias a la generosidad de tu arte!
Tú le diste el color natural a los cielos sobre las lagunas fauvistas, retratabas al obrero en su quehacer y al anciano tertuliante en la taberna, pintabas a los niños jugando a pídola y a las madres cogiéndoles en brazos. Y todo era real, nunca quisiste deformarlo porque la misma sociedad ya se encargaba de eso.
Y nosotros fuimos aprendiéndolo, poco a poco, en la compañía de tu paciencia infinita. El expresionismo te había “drogado” y sobre los blancos lienzos ibas sembrando exposiciones de luz, mucha luz pero que nunca cegaba. Todo lo contrario, en cualquiera de tus obras podemos contemplar este milagro, hay una poesía que emociona. Los Poetas, Manuel Pacheco, que está otra vez contigo, escribía lo que tú pintabas y Antonio Román lee en tus lienzos sus mejores versos.
No es suficiente para nosotros el consuelo. La Escuela ya no será la misma sin tu presencia, todos te echamos de menos porque tuvimos en tu figura, más que un Profesor y Director, un auténtico amigo. Y ya te fuiste, y alguno de nosotros sentirá no haber estado en tu partida, el no haber podido despedirte como te merecías, siquiera para decirte un adiós o un hasta siempre.
Vaquero en el buen sentido de la palabra, bueno; machadianamente libre de equipaje te fuiste a pintar el gran cuadro de la Eternidad. Poblador de tantas tertulias, ya estás junto a tu buena amiga Esperanza Segura, al lado de Álvarez Lencero y Delgado Valhondo, reunidos otra vez en el cielo de los sabáticos. Antonio Vaquero Poblador, nombrarte con tus apellidos, significa recordar tu bonhomía y tu saber.
Gracias por enseñarnos a abrir la mente y por todas las cosas buenas que aprendimos de tu vida. Y ahora sí, te despedimos: ¡Hasta pronto!
Cosme López García
*Publicado en el diario “Hoy”, sábado 24 de marzo de 2004, página 60.
Existe algun libro de este hombre? Quiero ver su obra y no encuentro nada en internet
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