DEL CALAMAR REBOZADO… A LA PLANCHADA SEPIA (1)
[Para los dos amigos:
Alberto González, Cronista Oficial de Badajoz
que me escribió un par de sonetos voraces,
y para Vicente Albéndiz, el médico que me adelgazó]
Alberto –que no Alberti– alberteaba
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| Cuadernillo del poemario Versos/Verbos Dedicados/Delicados |
y dos sonetos me escribió violante
cual Lope para el López gastronómico,
cósmico, cómico y ahora sin hambre,
sacio mi sed con seda deseada
de lírica, Alberto desde su alberca
compuso los cuartetos por delante.
Tanto es su talento y agudeza tanta,
rimando rítmicamente palabras
que por rumiar, rumian del corazón
al ver a Albéndiz cómo me adelgaza.
Sin calamar ni guarnición cosmiana,
en apenas unos versos va el amor
que has dictado en el labio de tu labia
para olvidar la hiel de una balanza
donde al pesar mi carne día a día,
es imposible digerir poesía,
sin sopesar pensando en esta panza
que me sigue enflaqueciendo a porfía.
Y mientras trago que destrago, hoy rimo
un coro de rapsodas bien saciadas
que Alberto y Albéndiz devoran al ritmo
de la música y cítara del alma.
Mil gracias a vos, médico y cronista,
agradecido estoy y un millón de palmas,
a los dos amigos, por cuanto artistas
¡demostráis siempre ser con elegancia!
VIENTOS DE COLA (2)
[Al escritor amigo:
Juan Antonio Méndez del Soto]
Mira:
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| El escritor, Juan Antonio Méndez del Soto |
zozobrando sobre mares de lágrimas;
aviones vi explotar en el aire
y caer contra el suelo de piedras;
trenes que saliendo de sus rayas paralelas
se incendiaron al instante;
he visto lujosos automóviles
chocando entre ellos y contra los árboles...
Hecatombes, tragedias, accidentes de acero
que tuvieron, tienen y tendrán hombres
como nosotros, hombres
cuya estadística generará audiencia en TV
entre cortes publicitarios durante los descansos.
He visitado cementerios cargados de tristeza
donde el dolor duele lo suyo, incluso
para los menos allegados a la víctima;
he leído epitafios escritos en última voluntad
sobre tumbas de personajes ilustres.
Y sin embargo hay quien me consuela
cuando dice Así es la vida,
cuando en verdad, querría decir
Así es la muerte...
Mira:
Sé que algo podríamos hacer
siquiera por aliviar un poco el mundo
–del que dicen que está mal hecho–,
hay más allá un bosque,
un pueblo, una ciudad, un monumento
y muy cerca de nosotros quedan
nostalgias, quimeras, amistades,
todo lo plural donde no tiene cabida el olvido.
Por esto merece la pena vivir,
conversar cada vez menos solos
y compartir un trago de bourbon.
Aquí, en tu casa de música,
–te voy hablando entre una cortina de humo,
metáfora de niebla por cigarrillos nuestros–
abunda la palabra en su perfecto sonido,
aquello que tanto necesitamos los hombres
que no desean morir sin antes
haber VIVIDO...
Mira:
Somos parte de moléculas inquietas
empujadas por un viento de cola,
tal vez en remolino o posiblemente
siguiendo el paso de Don Quijote.
Pero eso sí, coincidimos en el mismo punto
equidistante a sólo unas manzanas
y que cada cual recorre a su manera.
Tú eres amigo, incluso antes de conocer tu rostro,
porque yo sabía de tu existencia,
sabía que alguien como tú
taladraba con ideas esta ciudad de Mapa,
esta LUSITÁNICA infrontera
tertuliada con un poco de café
y membrillo de cultura.
Así nos va, amigo; ya ves,
lo fácil sería reír
y capaces somos
de llorar si fuere necesario...
ALEGRE EL TIEMPO
[A Elena Moreno Jaramillo]
Es promesa alegre bien sentida
convertir lo cotidiano en simpatía,
y acercar unos versos a tu vida
compartiendo espacios de poesía.
Porque todo lo vivido se nos lía
si no hubiera el paso de tu venida,
quien nos hace gozar en compañía
donde el humor también tiene cabida.
En el sol de tu sonrisa mi alma anida,
cerca de tu cariño, jamás lejano,
siento alivio para tanta herida
que acá llevo abierta en mi costado.
Hoy me siento un poco más cercano
en la silla de tu ánimo sincero,
y te cuento y te miro y te va mi mano
amiga y continuamente compañero.
Así te quiero, Elena, así te quiero…
bailando alrededor de la belleza,
¡y soñar con los cielos en un vuelo
más azul que el mar de mi tristeza!
Ya me hierve locamente la cabeza
y alegre el tiempo, feliz emisario:
tu sonrisa me hace libre en la certeza
¡de morir un poco a poco y a diario!
ALMA DE POETA
[A Casimiro Bleda Onrubia]
Casi miro y te veo por entero casi
entre el páramo de mi diario a bordo,
andando vienes al café de la tertulia
para alegrar palabras y acaso un poco
de alma que se entrega a la aventura
que anida en la poesía más pura.
Esta quimera del hombre taciturno
sobre toda la memoria y, sobre todo,
caballero con el verso por montura.
Estar contigo así y ahora menos solo
cuantos más poetas en Extremadura
cantemos con arrojo su hermosura.
Casi miro y advierto en tu modestia
una cultura manchega y de quijote,
esa manera de mirar con la mirada
donde nunca se pierde nuestro norte.
Con la nobleza sempiterna por aliada
escribimos el honor de la palabra.
A tu nombre íntegro, Casimiro, traigo
mi silla de talla y enea, toma asiento
ahora que el frío cae en las aceras.
Metáfora a metáfora sueña el invierno
para templar el aliento de tus venas
y mecer así la rima donde sueñas.
Casimiro de mi agenda y mi casino:
quiero albergar la lírica de tu firma
en la casa donde habitan los poetas,
y compartir herido cada herida
que tengo en los rincones de mi testa
¡y dejo en un costado de tu mesa!
PALABRA Y ALMA DE POETA
[A Raquel Matesanz González]
Escribo en el poema tu nombre deportivo,
en el alto mimbre alado de este folio azul,
quiero regalarte el verso todo y aletear
sobre tu orbe de café con tertulia.
Porque así recitas la estrofa compartida,
más alla de tu mirada de mujer buena,
y no se esconde nada, acaso alguna vez
una poeta por un tiempo dormida.
Badajoz despierta a quien escriba,
Badajoz nos ha despertado cotidiano
y hoy bebemos el alféizar de este almíbar
y sin saberlo escribimos nuestro diario.
Está un Madrid al lado tu sílaba esperando,
está sin ti como un poco más deshabitado,
y Madrid te añora y te llama y tú le cantas
con la rima y con las palmas de tus manos.
La poeta no siente la tristeza porque ama
a corazón abierto la amistad ofrecida,
la poeta se alegra en alegría de alga
mientras la vida tenga, entera la vida.
Y vamos así viviendo entre jirones del alma,
con el orgullo lleno de dignidad y valentía,
caminando siempre con la cabeza muy alta,
y así vamos hacia donde nos lleve la Poesía
¡con la palabra de honor, nuestra palabra!
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(1) Poemario recitado en el Gran Café Victoria de Badajoz y publicado en cuadernillo.
(2) Leo en tu blog, tu poesía "cósmica", a la que conocí hace algún tiempo, en aquel lugar al que llamaste "Tu Casa de Música". Una poesía dura como el asfalto que no me gustaría escribir. Total... ya la escribes tú, y bien, yo, por mucho que te plagiara, jamás llegaría ni a la mitad de la altura que tú le otorgas. Una poesía árida, difícil de digerir, a la que no le vale ningún "Omeprazol" por mucho que se precie. Estrofas que insultan a buen discurrir del conformismo cotidiano, que jode a esos del "aquí me las den todas", que toca los cojones a los que están pero no son, a los que quieren ser y no pueden estar, a los que siempre están aún cuando no pueden ni tirar de su propia piel. A los que ya escribieron todo, sin aprender a hacer las líneas derechas, a los que se les terminó la inspiración porque nunca la poseyeron, a los de la guita, que pagan con su voto y su libertad las páginas publicadas. Una poesía que no acaricia orejas, que no regala oídos. Una poesía a la que quiero llamar: "LIJAPOÉTICA". Lija sí, porque sus versos pueden herir, doler, arañar la piel del alma. Pero también pueden bruñir, quitar el oxido de lo caduco, el orín del almíbar con el que los rimeros floreados, pringan las palabras. Cuánto llovió, Cosme, y continúas igual, así, sin flores, ni piropos, ni "ensalzos"... famoso... difícilmente te harás.
Un buen blog, no esperaba menos.
Un abrazo,
Juan Antonio.
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