ME pide el entrañable amigo Juan Antonio, que colabore para esta Revista
del Casco Antiguo de Badajoz, con algún artículo o escrito y, como no puedo negarme
a tan noble tarea, me pongo manos a la obra, como a Juan le contesté.
Pienso que
nada mejor que recordar aquellas palabras que escribí en su día(1) y que sirvieron para presentar el libro antológico de aquella temporada(2).
Antes de
empezar, creo que todos deberíamos agradecer a dos personas esta iniciativa tan
importante dentro del mundo cultural de nuestra ciudad y que, poco a poco, va
trascendiendo los límites de la región. Esas dos personas son, por una lado Juan Antonio Méndez, coordinador de
todo y quien tuvo la maravillosa idea de estos recitales con tertulia(3) y, por otro lado, Miguel Ángel Moreno,
que nos presta este maravilloso local todos los jueves y encima costea la
edición de los cuadernillos, así como la publicación de este libro, el anterior
y todos los que en años venideros se sucedan.
Poetas Grandes
en el Café. La Gran Victoria de la Poesía en Badajoz. Poetas del Gran Café
Victoria. ¡Se puede decir de tantas maneras! Por este acogedor escenario, hemos
ido desfilando uno a uno, en otras ocasiones todos a la vez. Cada cual con su
estilo y original modo de escribir y de leer. Algunos más nerviosos, otros muy
serenos. Poetas malhablados y díscolos, poetas refinados, cultos o sibaritas,
poetas que escriben muy bien o un poco peor, De todo hay en la viña del Señor, como dice el refrán, pero eso sí,
todos, absolutamente todos, han, hemos, entregado un poco de nuestro tiempo, de
nuestra vida; estamos aquí compartiendo nuestros problemas y nuestras alegrías
y nos sentimos muy felices, porque aquí tenemos un sitio donde estar, entre
amigos siempre, aunque alguna vez se discuta, eso es señal de que estamos
vivos. Y nos alegramos cuando, por ejemplo, algún compañero publica un libro,
al que le damos la enhorabuena e incluso se lo presentamos aquí o donde haga falta.
Entre amigos nunca habrá rencillas o envidias que siempre son malas consejeras
en la plaza pública de la Literatura. Y hablo de Literatura con mayúscula,
porque en este espacio, verdaderamente he podido escuchar auténticas voces de
poetas muy buenos. Aquí no cabe la poesía oficial que funciona a base de talón
y camarilla. Aquí no hay parnaso de gloria y fama. Aquí se permite poetizar y
opinar a todo el que lo desee, pues a lo único que se expone, es a una crítica,
que siempre será bienvenida por mala que sea, porque así, todos aprendemos un
poco más.
Es decir, que nuestro nombre siempre
será el mismo, por mucho dinero o fama que a lo largo de la vida vayamos
adquiriendo.
Los Poetas del
Gran Café Victoria, levantan su taza o su copa porque no tienen complejos,
brindan por este libro que ya está en nuestra librería particular y pueden
dormir tranquilos porque así tienen la conciencia. Este es el libro donde figura
nuestro nombre y apellidos, parte de nuestra obra y un trozo de nuestro corazón
que entregamos a alguien cada vez que recomendemos su lectura.
Somos los
poetas de este Café, y semos probes pero
semos güenos, como nos dejó en herencia Luis Chamizo. Y somos cada vez más y nada ni nadie prohíbe nuestra
creación y nuestra voz. El silencio del poeta, ni muerto. Y estamos vivos.
Nuestra biografía queda escrita y hablada en este Café de tertulia y amistad de
la buena.
Somos Plácido Ramírez Carrillo y hemos Navegado distancias y destinos junto a
él. Con Plácido es muy fácil sentirse niño y Escribir al amor de la noche, cuando todos duermen y el silencio se
convierte en musa dictando los versos de una nana. Ya Miguel Hernández inmortalizó las Nanas de la cebolla. Y Plácido nos aparta de la poesía oficialista,
de la poética miope con muchas dioptrías, de alvarillos valverdillos que Ensayan
círculos y nunca sabemos qué quieren decir. Plácido Ensaya la metáfora, que significa escribir la verdadera Poesía,
comprensible, inhermética y plena de sentimiento siempre con la nostalgia a
flor de piel. Ahora, en su pueblo –Puebla de la Reina– se han dado cuenta de la
valía de este poeta y han considerado dedicarle una calle con su nombre.
Somos María Rosa Rodríguez Palomar desde los Brotes de luna llena. Siempre rodeada de
libros, viajera de la vida escrita en su cuaderno de bitácora o diario de una
poeta intimista Al filo del recuerdo
donde el vuelo de las gaviotas abanican
el aire. María Rosa nos habla de la Noche
de San Juan hasta que llega el Amanecer
cargado de esperanza. Al escuchar sus versos en su propia voz, hemos comprobado
su buen hacer, sintiendo la emoción en lo más profundo de nuestro espíritu. Es
un honor que María Rosa se encuentre y se siente junto a nosotros.
Somos Julián Portillo Barrios cuando hemos
desempolvado la rebeldía para cantarla con el verso. Inconformidad manifiesta,
el alzamiento de voz cuando es necesario en esta sociedad consumista e
insolidaria que nos ha tocado vivir, las
prisas y “pizzas telepizzas”, la
nueva hamburguesa de maccdonal, el capital financiero, el PIB… nos importan un
carajillo de anís del mono. Julián le canta al oliventino Manuel Pacheco, paisano suyo y admirado
por tantos. Julián es poeta malhablado intencionado, también la Poesía necesita
los sustratos del cabreo, la
necesidad de versificar lo socialmente comprometido: el hambre, las guerras, el
odio, la rabia…
Alzamiento de
voz y Gritos con María Valle. Gritos del alma,
desgarros de amores y desamores. María Valle, es el heterónimo que se esconde
en su verdadero nombre, María Francisca
García Pérez, quien llora en estos versos con
alaridos de poesía. Escribe los poemas con el corazón, porque su musa es
el alma que grita. Nos encontramos con la belleza tan efímera de los hibiscos, la llamada “flor de un día”: los hibiscos tenues florecen o marchitan.
¿Por qué estas flores malváceas sólo viven veinticuatro horas? Versos tristes,
pero también sus contrapuntos en la alegría del vivir esa tristeza. Y María nos
contagia este sentimiento cuando se pregunta cómo se puede vivir sin embriagarse con la belleza de una flor, sin
emocionarse con un ocaso anaranjado. Gritos
del alma, no como una terapia salvadora, sino como una “dulce relajación”
para conseguir ese casi “estado de embriaguez” pleno de emociones. Porque así
es la Poesía.
Nos metimos en
la piel del joven Mario Jiménez
Maldonado que Quisiera cortarle Las orejas al lobo. Dice que la soga al cuello le obligó a escribir.
Esa es la gran metáfora de la Poesía, una soga al cuello, algo que nos
atormenta y asfixia, por eso, escribir reconforta; Mario se siente aliviado,
más libre cuando practica el arte literario. Construye versos muy acertados y
tal como escribe, Quisiera mezclarse con el aire, ser simple idea y
tierra mojada, Quisiera ser nube blanca, gota de agua, lágrima nuestra,
Quisiera cerrar los ojos y vernos en la oscuridad, Quisiera poder ser nada o
ser la parte que nos falta. Aún tiene mucho futuro por delante para
decirnos cosas como estas.
Con Clara Blázquez Jiménez, nos vamos
acercando a la poesía machadiana, tan natural y sencilla pero tan difícil de
escribir. Ella se ha superado a sí misma y cada vez compone mejor. Nos hemos
emocionado con su Soneto al tronco de una
encina, que tanto nos recuerda El
olmo centenario y seco de Antonio
Machado. Así nos dice Clara, que está
hecha de barro de piel de encina. Le gustan los acrósticos y unir palabras viejas. Adora Clara a la
Pintura y a la Poesía, cultivando estas dos artes mientras huele del manantial el aire que traspasa la montaña. Dibuja estrellas en una inocente mirada, y
las cuenta en el cielo infinito de la noche. Y Clara sigue escribiendo aunque sea en el borde de una lágrima, y nos dice
como una premonición que, cuando ella
pase: la Poesía quedará.
Nos hemos
identificado con la Poesía de José
Manuel Sito Lerate, con su personalidad y su tranquila y pausada voz.
Titular Tarea morbosa el poemario,
nos sugiere que el poeta, los poetas, tenemos algo de masoquismo; no podríamos
escribir sin torturarnos a la vez, sin dejar de ser un trozo del tiempo que
pasa en el Reloj de la torre. Sito
Lerate es poeta social y sin pelos en la lengua, denuncia a la infamia, por
ejemplo, cuando los políticos Carod
Rovira y Pascual Maragall, se
colocaron una corona de espinas mofándose de Jesucristo durante una visita que hicieron a Tierra Santa; todos
vimos las imágenes por televisión. También, Sito Lerate despliega su voz para
maldecir a los terroristas y asesinos de ETA. Sito Lerate, compone poemas muy
bien construidos en su forma, semánticamente perfectos, pero además, en su
fondo, dicen verdades como puños.
Somos Amalia Mangas Durán desde el mismo color de la Esperanza, como un verde
esmeralda. Y es el alma, que también tiene color. La poesía de Amalia es el
alma, es sentimiento que compartimos plenamente: Vestimenta, que esconde la miseria, joyas, que agazapan la mirada,
inmenso patrimonio que en el alma se funde todo, sin que diga nada. Amalia
es amable, muy respetuosa y educada, cosa difícil en los poetas, pero con ello
se demuestra, que la Poesía es amplia y acoge todos los estilos y todas las
personalidades.
Estamos con el
prolífico Javier Feijoó, le
escuchamos recitar, y a muchos se nos pone carne
gallina. Su voz es un torrente que sale entre las montañas de sus barbas.
Poeta castúo, él no quiere que olvidemos nuestras raíces, porque es donde se
encuentra la génesis de nuestros antepasados y son quienes nos dan el verdadero
sentido para vivir, pues como dijo Jorge
Santayana, Quien no recuerda el pasado,
está condenado a vivirlo de nuevo. Desde APLEX, contribuye para que nuestra
propia lengua no se borre de la memoria. Javier, ya se ha convertido en un
poeta y declamador de éxito gracias al miajón
que lleva en lo más profundo de sus entrañas. Hemos sido testigos de su
quehacer diario, no deja de escribir y los sonetos cada vez los borda mejor,
utilizando temas de actualidad pero sin renunciar nunca al pasado. Ahora nos
sorprende con una nueva aportación a la Literatura, aventurándose con el género
del teatro y que titula La pera.
Después hablaremos de ello.
Vivimos el
exilio del silencio a través de los versos Ver,
oir y no callar de la poeta madrileña Raquel
Matesanz González. Una mujer con mucho entusiasmo que retorna a la tarea de
escribir después de una larga pausa, pues ha tenido la culpa, venir a Badajoz y
encontrarse con el ambiente literario de nuestro Café. Ella canta a la mujer
maltratada y la dice que Su gran error
fue quererlo. Raquel tiene un carácter rebelde que refleja en sus poemas.
Personalmente, es amiga y humana, tremendamente humana, cómo si no puede
escribir versos como estos: ¿Huir? ¿hacia
dónde? no sabemos huir. / ¿Mirar a lo lejos? Nos da tanto miedo / que nos hemos
acostumbrado a mirar sin ver. La Poesía le sirve como una vía de escape
ante tanta cotidianidad y, a la hora de escribirla, desde lo más profundo de su
corazón, pone en entredicho las incongruencias y paradojas del ser humano,
ejerciendo así, un auténtico acto de libertad.
Nos hemos
introducido en El recurso del tiempo
cuando escuchamos a José Luis Antonaya
Carlos. Un poeta sencillo, con voz pausada, sin estridencias, como un
susurro de viento entre las hojas de los árboles. Poeta de recursos Perdido en las grietas de ojos vacíos,
como dice en uno de sus versos. Antonaya, construye metáforas transparentes que
tienen que ver mucho con el hombre y lo difícil que resulta serlo: Todos somos ejes de una rueda que nos lleva
por ideas para sentirlas. Ideas, esta palabra tan maravillosa y sin
embargo, por la que tanto se mata, aunque como sigue escribiendo Antonaya, Quedarán espacios donde habiten nuestras almas.
Sentimos
ciertos Pesares livianos con la
poesía de Manuel Recio Silva. Un
hombre tranquilo en cuya serenidad encontramos una poesía intimista plena de sensualidad.
Escribe extraordinarios versos, enlazando las palabras fluidamente, aunque su
demasiada modestia haga que él mismo se considere un peón aprendiz de poeta. Aprovechamos este momento para decirle
que se equivoca, que su poesía tiene mucho valor y lanzamos al aire esta
pregunta: ¿quién se atreve a decidir quién es maestro y quién neófito? En el alma de Manuel, grita la voz de la melancolía en
una canción triste que suena en la radio y donde sus manos se encuentran ya vacías.
Recio Silva, hoy navega por nuestros
sueños como un Barco de papel.
Mediterráneo, este mar cercano que nos
moja entre el pseudónimo de su verdadero nombre, José Antonio Sánchez Carrasco. Un poeta que cuida mucho el lenguaje
mientras compone A la luz de un relámpago.
Gran lector de grandes autores como Pablo
Neruda, Baudelaire, Alfonsina Storni, Delgado Valhondo y mi querido amigo Rafael Rufino-Félix Morillón.
Mediterráneo asiste al Holocausto de
las ignonimias y cóleras / de odios
inmisericordes donde mendigan como
leprosos Mahoma y Cristo. Cuando leemos el poema que Mediterráneo titula Chacales, asistimos al juicio que
inculpa a unos sanguinarios violadores y asesinos de una niña; sus versos nos
recuerdan a la novela Plenilunio de Antonio Muñoz Molina. Se precisan
poetas así, necesitamos poetas que, como Mediterráneo, se atrevan a denunciar
hechos tan atroces.
Con Ramón Lencero Nieto, hemos llegado a
ser legión. Él conoce la disciplina, por algo fue novio de la muerte. Se desplaza hasta el Café Victoria desde Medellín.
Su poética es humildemente sencilla, pero con mucha carga de rebeldía que
dispara hacia el político de turno y de nefasta labor, señalando con sus versos
a quienes han tenido a Extremadura
callada y sufrida.
Juan García Sánchez nos lleva de la
mano hacia la Poesía Visual con La vida
en esencia. Por algo él es pintor y considera que mediante las artes
plásticas, también se puede escribir. Existen muchas particiones o Dicotomías donde El destino se presenta semicaído y, es ahora, cuando tropieza el
ser humano preguntándose Todos los
porqués. Poesía y Filosofía, tan unidas en los versos de Juan que a veces
nos resulta difícil discernir entre una y otra, pero que, indudablemente, nos
dice mucho y hace que gocemos de tan alta calidad plástica-literaria.
Con José Ramón Mejías –Mexi–, asistimos a
los poemas musicalizados. Casi toda su producción poética va encaminada a la
composición musical. Son muchos los años que lleva componiendo para él y para
otros autores y grupos. Reencuentros, se
escuchó y aún se sigue escuchando en las emisoras nacionales más importantes.
José Ramón canta al amor y a la vida, así lo demuestran sus versos en títulos
como Qué me diste tú y en Bienvenido dije Rey, dedicada a su hijo Javier. A todos los poetas nos agradan
los cantautores. De alguna manera, muchos poemas quedan incompletos cuando les
falta la musicalidad.
Pablo Jiménez Parra nos dejó sus Mensajes como dentro de una botella.
Esos mensajes son su poesía: silencio,
humo, amor, desamor, ilusiones, olvido,
tiempo, esperanza… El joven Pablo amasa los ingredientes más importantes de
los que se nutre la Poesía. Lo mismo escribe sobre sus zapatos que canta a la
mujer. Sus poemas son casi siempre extensos porque tienen mucho que decir y
encontramos metáforas muy sugerentes como Zapatos
que se hicieron viejos / por estar siempre encerrados en vitrinas de exposición.
Somos Antonia Cerrato Martín-Romo cuando
entramos en La ciudad de los nombres.
Su poética se acerca al misticismo con una gran calidad literaria. Tony familiar,
intimista, ciudadana y amaliense. En su pueblo se falla todos los años un
Premio de Poesía que lleva su nombre. Asidua colaboradora de acontecimientos
culturales. Madre y trabajadora, aún saca tiempo para escribir y recitar. En
muchos de sus escritos, cuentos sobre todo, descubrimos que siente un gran amor
por los niños y no le importa confesar que cree en Dios. En esta sociedad tan
virulenta, estos dos motivos la honran.
Nos admiramos
con la joven Laura Isabel Pagador
Domínguez, hija del famoso escritor, poeta y periodista José María Pagador. Laura recita
suavemente; su voz es tenue pero segura. Su Manual
de uso del alma, es una poética muy trabajada de comunicación muy sensible
y que transmite las constantes inquietudes del ser humano: aquí está nuestro
espíritu y nuestra propia vida. Como Laura dice en el título, este manual nos
sirve para usar el alma, es decir, para ser más solidarios, más honestos, más
objetivos y más ecuánimes.
Con Julio Mesa, compartimos su apellido y
su Tiempo, experiencia, vida. Porque
a lo largo de tantos años, a Julio le ha pasado de todo y, sin embargo, se
mantiene perfectamente. Es cubano y allí le quemaron su casa con todo lo que contenía,
incluyendo sus escritos. Por eso y por mucho más, es disidente. Poeta con
sombrero de ala que le da un aire bohemio. Escribe como le dicta su conciencia.
Participa siempre que se le pide y aquí se le quiere. Oír y escuchar sus poemas
es una delicia: voz serena, apaciblemente Julio canta para denunciar las
injusticias humanas y para sentirse feliz consigo mismo y con los demás.
Somos José Manuel Ferrera Boza Paseando por sus pensamientos, que son
también los nuestros. Un poeta del pueblo con profunda manifestación literaria
y emotiva sensibilidad. Poemas escritos con Lágrimas,
entrelazando el Flechazo del amor y
el corazón.
Estamos con el
joven José Manuel Díez y sus Bellos poemas. Un poeta, también visual,
que compagina el arte de escribir con la música. Es intérprete y autor en el
grupo musical El desván del duende.
En Los bellos poemas, encontramos una
cierta ironía, porque para José Manuel, la belleza de la Poesía, no sólo está
en las flores aromáticas, sino también, en el miedo, en la rabia, en el lodo y,
en general, en todo aquello que no deseamos.
Y sólo falto
yo. Obviamente, no voy a hablar de mí como ya lo hiciera Walt Whitman cuando escribió su Canto
a sí mismo, pero permitidme que al menos os comente que mi Isla representa metafóricamente a la
muerte, pues a lo largo del poemario, el poeta es un náufrago que busca
desesperadamente un refugio para salvarse y llega a esa isla, pero está habitada
por caníbales y cocodrilos.
Para cerrar
esta Antología de Poetas del Gran Café Victoria, termino con una frase muy
tópica, pero muy real y que dice así: SI NO ESTÁN TODOS LOS QUE SON, SÍ SON
TODOS LOS QUE ESTÁN.
Lógicamente, nunca
estarán todos. A esta inventario de nombres, ya hay que añadir otros nuevos que
han ido incorporándose y que no enumero porque sería interminable. Y será
siempre un inventario inacabad. Ese es el éxito de aquel proyecto y de esteCafé.
Muchas gracias
y enhorabuena a todos.
Badajoz, mayo
de 2010
(1)Badajoz, jueves 28 de septiembre de 2006.