Nocturno y lluvia

Nocturno y lluvia. (Paisaje urbano. Óleo sobre lienzo. Cosme López García).

martes, 8 de abril de 2014

PRESENTACIÓN EN CAMPANARIO DE "TODO EL AMOR QUE TE DI, CUENTOS Y RECUENTOS", DE COSME LÓPEZ GARCÍA

       
Portada del libro de relatos Todo el
amor que te di -Cuentos y Recuentos,
de Cosme López García.
         QUERIDOS AMIGOS:

    ANTE todo, os agradezco de corazón vuestra presencia en este acto, agradecimiento que hago extensivo a los buenos amigos que, con su sabiduría y amabilidad, me han ayudado a que este libro vea la luz en la plaza pública de la Literatura: a Juan Antonio Méndez del Soto, que me escribió un prólogo sin tapujos y tan sugerente; a Juan García Sánchez, autor de las ilustraciones que acompañan estos cuentos, además de la portada; a Francisco Huerto Romero, editor de Carisma Libros que siempre confió en mi modesta y rebelde escritura, por llamarla de alguna manera, porque no estaría bien, que yo mismo adjetive y califique el estilo o la forma cómo escribo, es tarea que les dejo a ustedes, queridos lectores; agradezco también, la amistad que me une a un poeta tan noble como Plácido Ramírez Carrillo, quien siempre me acompaña; al Excmo. Ayuntamiento de Campanario, vuestro pueblo y el mío, con la Sra. Alcaldesa a la cabeza, María Piedraescrita, a todas las personas que trabajan en su Concejalía de Cultura, en especial a Victorina y, por último, doy las gracias a Bartolomé Díaz Díaz, no sólo por presentar este libro, también por su labor infatigable en todo aquello que huela a cultura.

        Todo el amor que te di –Cuentos y Recuentos-, son dieciséis relatos, algunos de ellos ya vieron la luz en distintas ediciones de El vuelo de la palabra que aún sigue publicando el Excmo. Ayuntamiento de Badajoz. Y ahora están reunidos bajo este título genérico que los engloba en un solo volumen. La idea de publicar estos cuentos y recuentos, surgió el pasado invierno, al término de uno de los recitales poéticos que todos los jueves tienen lugar en el Gran Café Victoria de Badajoz.

        El amor, la vida y la muerte, las tres heridas de Miguel Hernández: Con tres heridas viene / la del amor, / la de la vida, / la de la muerte. / Con tres heridas llega / la de la muerte, / la del amor / la de la vida. / Con tres heridas yo… / la de la vida, / la de la muerte, / la del amor…

        Porque es el amor el cordón umbilical, el nexo de unión entre la vida y la muerte. Los personajes comparten y desbordan ese amor que entregan sin condiciones. Muchas veces se quedan huérfanos de ese amor dado, no conocerán un nuevo amor porque la muerte lo impide, esa muerte que está ahí, alrededor de todos, vigilando al acecho a unos seres indefensos y que luchan por sobrevivir en una realidad algunas veces tierna y otras absurda, pero real realidad –y valga el juego de palabras– donde, por mucho que queramos, nunca podemos escaparnos. Personas más o menos desgraciadas y que viajan, sueñan, enferman..., pero que sienten la necesidad de amar aunque en ello les vaya la vida. Perdedores movidos por unos hilos que los convierten en marionetas de trapo sobre el tapete verde esperanza de la vida y donde comparten sus anhelos hasta consumirse. Seres humanos sufriendo la derrota, muchos de ellos ajados en el tiempo, simples monigotes hechos con papel de periódico, arrugados y amarillentos para después ser arrojados a la basura. Antihéroes que con toda su dignidad y honor, mueren sin remedio. El desfile de almas nunca en pena, pero con el dolor a cuestas en la constante inquietud de encontrar, siquiera un trocito, de la felicidad muchas veces arrebatada. No son leyendas urbanas, sino verdaderos cuadros sociológicos de una sociedad convulsa y actual que entre todos estamos construyendo. Y siempre con sentido del humor –algo avinagrado– como dice Juan Antonio en el prólogo, –pero humor a fin de cuentas– porque así, resulta más fácil poder digerir tanta tristeza humana.

     En fin, ¿cuentos para adultos? Nunca me ha gustado esa absurda clasificación que divide los cuentos en “infantiles y para adultos”, porque ¿quién nos asegura dónde está el límite de la edad donde empezamos a ser adultos y adulterios, en el doble sentido de esta palabra y, por otra parte, pienso que el día que dejemos al niño que todos llevamos dentro, acabarán para siempre los sueños, las ilusiones, las fantasías, la propia libertad y cómo no, la inocencia pura de nuestra existencia que nos hace ser mejores personas.

        Simplemente esto. No cuento más para no privarles a ustedes del placer que, espero y deseo, supondrá leer estas historias escritas desde un realismo mágico y existencialista. Se las entrego a ustedes con el mismo amor que las imaginé.

        Muchas gracias.

Campanario, 22 de Agosto de 2008
© Cosme López García

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