QUÉ SERÁ DE Mí
Algunas veces pienso en no llenar
el depósito de gasolina de este coche,
y dejarlo en una esquina para ver
cómo le salen pústulas de óxido poco a poco,y no sentir en el tuétano de mis huesos
En el Gran Café Victoria. (14 de mayo de 2010) |
Tal vez mi deseo hubiera sido
arrojar el teléfono inalámbrico
al cubo de la basura o mejor aún,
este móvil cancerígeno dejarlo caer por gravedad
en la taza del WC para que se ahogue
y ya nunca suene sin mi permiso.
Sueño que de este cajero automático
algún día saldrá una mano negra y gigante
capaz de arrebatarme la tarjeta de crédito;
por ahí, por la minúscula ranura de donde
también esa mano se lanzará contra mi cuello,
y prescindir para siempre de tanto bienestar plastificado.
Desde mi sillón relax amortiguado y limpio
contemplaré esta caja tonta de anuncios
y programación basura, sólo espero que algún día
le caiga un rayo en armonioso atino,
y desvelarme con un libro entre las manos
aunque no me caiga bien el autor de su escritura.
Desfilarán ante mi presencia relojes de pulsera
Desfilarán ante mi presencia relojes de pulsera
que me cuenten hacia atrás los minutos,
y despertaré desconociéndome, amnésico,
apenas un atisbo de conciencia en el momento actual
que sucede a otro instante ya olvidado,
y convertirme así en el monstruo alado del propio tiempo.
Qué será de mí sin aquel coche confortable,
Qué será de mí sin aquel coche confortable,
sin el teléfono y la tarjeta de crédito a mi nombre,
qué será de mí sin aquella televisión del demonio
y sin aquellos relojes de pulsera acelerando mi vida,
qué será de mí cuando pierda este manjar de abundancia.
Mientras los labios de la mujer que amo
sigan rozándose con los míos,
no me importará perder los nervios
y destruir las ligaduras que me tienen atado,
prisionero de objetos inútiles donde resido
infeliz y verdugo ante un espejo ya amarillento.
Qué será de mí cuando todo muera,
cuando ya no exista nada en los cajones
de esta cómoda incómoda al lado de mi cama,
qué será de mí si alguien me robara los sueños,
si un espectro se produjera todos mis deseos
y me depusiera en la eterna soledad cautivo.
¡Qué será de mí!...
© Cosme López García
Ayer, noche en blanco de Badajoz me regalastes parte de tu obra, Gracias Cosme. Hoy mi familia; mi hija, mi mujer y yo, nos hemos desayunado con tus poemas, gracias de nuevo, por tu Amorcon, por tu AMORtadela, simplemente genial. Tu poesia fue leida por mi hija de 13 años, entre el cafe y las tostadas con cachuela y sirve este comentario para darte las gracia de nuevo, espero algún jueves poder pasar por el café Victoria y volver a escuchar tu obra. Como podras comprobar, ni soy poeta ni se escribir, pero admiro a la gente como tú, que todavia tiene algo que decir.Gracias Cosme. Yo soy Alfonso, el que iba acompañado de su mujer de D benito, y según tÚ de su "amante" Vicenta.
ResponderEliminarGracias a ti, amigo Alfonso. Si alguien dijo que la Poesía no sirve para nada, se equivocó por completo, pues con tu interés por ella y el de muchos más, queda demostrado que la Poesía alimenta el alma para emocionarnos y por añadidura, nos hace más humanos. A mí ya me ha servido para ser amigo tuyo y de tu mujer. Y de la "amante" Vicenta, por supuesto. ¡Un VIVA para Don Benito, La Serena, Las Vegas Bajas del Guadiana y toda Extremadura!
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